Imagen de: https://www.flickr.com/photos/luigimengato/ original aquí.
La teoría de Tuckman lleva entre nosotros desde 1965, viene a decir que todos los equipos pasan inevitablemente por una serie de etapas de rendimiento cíclicas:
- Formación (forming): ese periodo de ilusión en el que el equipo se forma, el rendimiento es superior a la suma de los rendimientos individuales, se descrube el proyecto…
- Tormenta (storming): conforme el equipo se conoce y trabaja de forma conjunta surgen roces de diferentes tipos, conflictos.
- Normalización (norming): se resuelven los problemas, se establecen normas de convivencia, se supera el conflicto (esperemos que sí)
- Rendimiento (performing): una vez superado el conflicto el equipo rinde y alcanza su plenitud, sin embargo se puede volver a la fase de tormenta.
¿Y qué pinta Scrum en todo esto?
Me acuerdo cuando recibí la formación por primera vez de Scrum Master con Xavier Quesada, y se me grabó una frase:
Scrum no resuelve tus problemas de equipo, los permite identificar y los magnifica
Y es cierto. Basta un par de Sprints como observador para observar dinámicas que se producen (en equipos «jóvenes»)
- Alguien que no actualiza el tablero
- Alguien que quiere estar a todo y no termina nada
- Alguien que no sabe decir que está bloqueado pero «todo va bien»
- Alguien llega sistemáticamente a los stand-ups
Estas pequeñas actitudes son las que nos llevan al conflicto.
- Scrum nos permite detectarlas: podemos observar disfunciones en los dailies. Podemos ver las dinámicas del grupo en su conjunto y de los individuos que lo componen.
- Las retrospectivas nos ayudan a detectar si el equipo es capaz de hablar entre sí de los fallos que observamos o si debemos guiarles a que hablen de ello.
- Las reviews nos ayudan a detectar si el equipo es capaz de hablar con los stakeholders y encajar las posibles críticas o cambios.
En resumen: nos da las herramientas para ver fallos y los momentos para resolverlas (las retros) pero si no hacemos nada lo magnificará y con el tiempo tendremos un bonito elefante en la habitación del que nadie habla.